El silencio es el puñal que calla hondo en la llaga de la memoria. Su íntima confidencia despierta infinitos universos de luz o vacíos inacabables. El profundo ruido de la oscuridad desbancaba su sordo silbido sellado; confusas microexplosiones de viva ausencia tan presentes que ahuyentan la consciencia fragorosa. Tan solo el aliento servía de guía entre el silencio, siempre tan tímido y devastador.
Fugaces como estrellas, 2018.