El invierno no aterriza
en la plaza de sol trémula
mientras blancos madrigales
amanecen en la niebla.
Tampoco tuerce el viento
nuestros labios agrietados.
Este fuego azul inmenso
me sublima entre tus brazos.
Perdiendo las palabras,
destrozando cada verso,
tu agitada calma encanta
las sonrisas de febrero.
Te descubro, me reencuentro
navegando entre palacios
de horizontes inciertos
y lentos latidos secretos.
El color del silencio, 2019.